El proyecto utilizó el D-Wave Advantage, un ordenador cuántico con 5.760 cúbits que no pertenece a ninguna instalación militar secreta ni laboratorio restringido, está disponible para ciertos centros de investigación.
Lo preocupante es que este equipo consiguió vulnerar una clave RSA, uno de los sistemas de cifrado más clásicos y, todavía, presente en infinidad de servicios digitales.
El verdadero temor no es lo que se ha roto hoy, sino lo que puede ser vulnerable mañana. Actualmente, muchas otras plataformas digitales utilizan algoritmos que, en teoría, requerirían miles de años para ser vulnerados por ordenadores tradicionales. Pero los cúbits cambian las reglas del juego.
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