Es posible que te preguntes cómo una partida de ajedrez puede ser usada para almacenar datos. Pero un usuario llamado Wilson lo que ha conseguidos es aprovechar la capacidad de Lichess, una plataforma de ajedrez online, para guardar los movimientos de cada partida. Sin embargo, esto no aclara cómo podría almacenarse un archivo, como un texto o una imagen.
Wilson publicó una demostración en YouTube donde muestra cómo convierte una imagen de baja resolución de Mr. Krabs (de Bob Esponja) a código binario. Cada píxel de la imagen se transforma en una secuencia de ceros y unos. Estos bits luego se convierten en movimientos de ajedrez, utilizando dos bots que jugaron automáticamente casi 20.000 movimientos en 98 partidas.
Al finalizar las partidas, la secuencia de movimientos reflejaba la imagen codificada, que después podía descargarse y decodificarse para recuperar la imagen original.
Aunque este método es técnicamente impresionante, presenta grandes limitaciones. La velocidad de carga es extremadamente lenta: una imagen de 9 KB tardó 90 minutos en subirse, a una velocidad de 2 bytes por segundo, mucho más lenta que una conexión 2G. En resumen, aunque funcional y con el código disponible en open source, no es una opción práctica frente a servicios de almacenamiento en la nube como Google Drive o OneDrive.
En este vídeo explica el funcionamiento de su sistema:
Que las velocidades de carga y descarga sean demasiado lentas, no implica que este experimento carezca de valor práctico o que sea simplemente una curiosidad técnica. Todo lo contrario: es un ingenioso ejemplo de esteganografía, una técnica utilizada para ocultar información dentro de un mensaje o medio que parece inocuo. Esto puede ser especialmente útil cuando se busca proteger la privacidad. Aunque el método de Wilson no emplea un cifrado robusto ni está diseñado para resguardar datos sensibles, sí podría ser utilizado para ocultar pequeños textos o imágenes, sirviendo como una curiosidad creativa.
El concepto de esconder mensajes en partidas de ajedrez no es nuevo. Durante la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, el ajedrez por correspondencia, en el que los jugadores enviaban sus movimientos por correo, era una actividad popular entre soldados y civiles. Sin embargo, los censores en Norteamérica comenzaron a sospechar que algunas de estas partidas transatlánticas podrían estar siendo utilizadas para filtrar secretos militares.